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18 de octubre de 2012

La competitividad científica en México. Segunda parte

Hace una semana nos referimos a la posición que ocupa México en lo que podría denominarse el mercado de la producción académica global. Con base en los datos sistematizados por la National Science Foundation de Estados Unidos, recientemente dados a conocer en el volumen “Science and Engineering Indicators 2012”, se hizo notar, en primer término, que el país norteamericano mantiene todavía primacía mundial en materia de publicación de artículos científicos de circulación internacional.

El gran conjunto bibliográfico sistematizado mediante los índices Science Citation Index y Social Science Citation Index, ambos producidos por la empresa editorial Thomson Reuters, se acepta al seno de la comunidad científica como la base de datos más confiables para estimar el nivel de productividad científica de las instituciones y sistemas científicos nacionales. Esta base de datos recogió, en 2009, un total cercano a los ochocientos mil artículos, de los cuales un poco más de la cuarta parte, el 26.5 por ciento, fueron obra individual o en coautoría de investigadores estadounidenses. Hace una década, la misma proporción superaba el umbral de treinta por ciento.
 
En cambio China ha ido escalando posiciones hasta situarse en la segunda posición de la lista mundial, pasando de representar menos del tres por ciento de la producción mundial en 1999 a casi diez por ciento en 2009. Por otra parte, el escenario europeo muestra síntomas de un relativo estancamiento. La gran mayoría de los países de la Unión Europea, con la notable excepción de España, han mantenido su volumen de producción pero decrecido en su cuota de participación.
 
La producción latinoamericana representa, en conjunto, poco más del tres por ciento de la mundial. Muy poco, pero casi el doble del indicador de 1999 (1.7 por ciento). En este contexto el caso de mayor adelanto está representado por Brasil, que hoy ocupa la posición 16 en el conjunto mundial concentrando el 1.6 por ciento de la producción científica global. México está en el lugar 31 del mundo, en el segundo de América Latina y participa con el 0.5 del total de artículos. La ciencia mexicana representa, además, el 17.2 por ciento de la producción académica latinoamericana sistematizada en los índices de Thomson Reuters.
 
Al considerar el desglose por grandes áreas de conocimiento los datos permiten una aproximación gruesa, aunque sin duda interesante, al tema de la competitividad científica mexicana. El área en que más destacan los científicos mexicanos es la denominada “Otras ciencias de la vida”. En ella los noventa y nueve artículos de autores o coautores del país producidos durante 2009 representan el uno por ciento de la producción mundial de ese año, situando a México en la posición número trece del conjunto mundial. Lo más importante, sin embargo, es que en este campo de conocimiento, que incluye disciplinas como la ecología y la genómica, la producción mexicana representa casi el sesenta por ciento de la latinoamericana.
 
Otro caso a destacar es el de la astronomía. Los casi cuatrocientos artículos mexicanos representaron, en 2009, también un uno por ciento de la producción científica mundial del año y más de una cuarta parte de la latinoamericana. En es campo el país de América Latina con la mayor producción es Chile, seguido de México, Brasil y Argentina. En ciencias de la agricultura también hay una producción significativa, casi uno por ciento como cuota mundial, aunque en este caso México cae a la tercera posición latinoamericana, antecedido por Brasil y Argentina y con apenas el 16.4 por ciento de la producción regional. Estos indicadores son muy similares a los observados en el área de geociencias, en la cual México ocupa el vigésimo séptimo lugar mundial y el tercero de América Latina, también después de Brasil y Argentina.
 
En el resto de las áreas la competitividad científica mexicana desciende de nivel. Con un promedio de participación de medio punto porcentual en el conjunto mundial, y entre quince y veinte por ciento de la producción latinoamericana, México está lejos de poder ser considerado un protagonista científico importante. El caso del área de ciencias médicas, en que México había sentado una notable tradición como país líder de América Latina, tiende a decaer. De acuerdo con los datos de 2009 la representación de las publicaciones de autores mexicanos en el área significa poco más del diez por ciento del total latinoamericano, mientras que la producción brasileña en este campo concentra más del sesenta por ciento de la suma regional.

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