El pasado martes 18 se dio a conocer el lanzamiento de la revista Revalúe,
cuyo acrónimo significa Revista de Evaluación Educativa. Se presenta en versión
electrónica, exclusivamente, y se encuentra alojada en el dominio http://revalue.mx.
Con ello culmina una larga fase de preparación pero, en realidad, es apenas el
comienzo de una nueva propuesta: contar con un medio de difusión académico
concentrado en la temática de la evaluación que, como se sabe, es uno de los
aspectos centrales del debate educativo del presente y seguramente de los
próximos años.
Me tocó participar en la génesis del proyecto y ver de cerca los primeros
pasos de su trayectoria. Su origen se relaciona con uno de los objetivos del
Plan Maestro de Desarrollo 2007-2014 del Instituto Nacional para la Evaluación
de la Educación, el INEE. En ese documento programático se establece, como un
objetivo a alcanzar en 2010, que el Instituto “habrá iniciado la publicación de
una revista académica para difundir los avances en el campo de la evaluación
educativa.” (Plan Maestro, pág. 39).
Para atender el propósito indicado había dos posibilidades. Una, la de
iniciar un proyecto en esa materia a través de los medios y recursos del INEE. O
bien, segunda opción, la de promover una alianza con otras organizaciones
académicas dedicadas a la evaluación para desarrollar sinergias y optimizar
recursos. El Consejo Técnico del INEE, en la reunión ordinaria de mediados de
2009, ya con Margarita Zorrilla al frente de la institución, sugirió explorar
ambas vías, aunque también recomendó que, en caso de existir condiciones
favorables, la opción colegiada se considerase preferente.
A la misma conclusión llegó el Comité Editorial del INEE. Para ese entonces
el horno no estaba para bollos sino, al contrario, se vivía un momento de
recursos limitados que apenas alcanzaba para sostener los proyectos en curso del
Instituto y cumplir con el proyecto editorial interno. La perspectiva se lanzar
y sostener una revista académica con medios propios se veía inviable en términos
financieros.
Con tal antecedente, el 24 de septiembre de 2009, en el marco del X Congreso
Nacional de Investigación Educativa, se llevó a cabo una reunión con los
posibles interesados en el proyecto. Participaron Felipe Martínez Rizo, ex
director del INEE; Graciela Cordero, entonces directora del Instituto de
Investigación y Desarrollo Educativo de la Universidad Autónoma de Baja
California; Pilar Baptista, entonces directora del Centro Anáhuac de
Investigación y Servicios Educativos (CAISE); y el arriba firmante, en calidad
de presidente del Consejo Técnico del INEE.
En aquella ocasión se tomaron dos acuerdos. Primero, avanzar en el proyecto
contando con la aceptación, en principio, de las instituciones representadas.
Segundo, convocar al Centro Nacional para la Evaluación de la Educación
Superior, el CENEVAL, a sumarse a la iniciativa. El segundo acuerdo prosperó con
relativa facilidad. En marzo de 2010 Rafael Vidal Uribe, quien fuera alto
funcionario del INEE y egresado del doctorado de la Anáhuac, simpatizó con el
proyecto y se comprometió a respaldarlo.
A mediados de 2010, en el marco de la reunión del Consejo Editorial de la
REDIE, en Ensenada, Baja California, tuvo lugar una segunda reunión para tratar
de aterrizar el proyecto en términos prácticos. Junta de petit comité pero
trascendente. En ella se le pidió a Felipe Martínez Rizo que encabezara la
iniciativa reconociendo su liderazgo en el campo. Felipe aceptó con la única
condición de contar con tiempo suficiente para generar una propuesta sólida. Asimismo comentó que el participaría en el
proyecto como académico de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, con lo
cual la UAA quedó integrada al conjunto de instituciones promotoras. También se convino, en aquella ocasión, en sondear la posibilidad de
formalizar relaciones con organizaciones académicas de otros países, dedicadas a
la evaluación educativa, para contar, desde un inicio, con una vía de
internacionalización de este medio editorial.
Aceptada la encomienda, Martínez Rizo se metió de lleno y meses después
informó la adhesión de varios centros académicos del extranjero: la Universidad
de Valencia, España, por conducto de su Departamento de Métodos de Investigación
y Diagnóstico en Educación; la Universidad Católica de Uruguay, con su Instituto
de Evaluación Educativa; la University of Albany, del Estado de Nueva York,
Estados Unidos, a través del Institute for Global Education Policy Studies; y la
Asociação Brasilera de Avaliação Educacional.
Para contar con una plataforma técnica adecuada, el propio Martínez Rizo
gestionó el apoyo de la entonces Dirección General de Servicios de Cómputo
Académico de la UNAM para diseñar una plataforma informática compatible con los
estándares técnicos del Open Journal System (OJS). Aparte, en ese momento, se
propuso el nombre que lleva la revista y sus principales características
editoriales.
Todavía en 2010, se celebró en la Universidad Anáhuac una primera reunión del
comité editorial de la revista. Se informaron los principales avances, así como
la aceptación de la UA para asumir la parte tecnológica y la gestión editorial.
Martínez Rizo comunicó también algunas dificultades, la principal la de sostener
el liderazgo del proyecto desde Aguascalientes. En 2011 dejó la estafeta pero el
proyecto se mantuvo. En 2011 el doctor Julio Pimienta Prieto, al asumir la
coordinación del CAISE se hizo responsable también de Revalúe. Su dedicación y
aplicación a la iniciativa facilitó que, finalmente, viera la luz pública el
primer número del primer volumen. Ojalá sean muchos más. Vale la pena.