La próxima semana (20 y 21 de mayo), la Asociación Nacional de Universidades
e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) presentará a los candidatos en la
contienda presidencial el documento Inclusión con Responsabilidad Social: una
nueva generación de políticas de educación superior, que contiene las propuestas
que la Asociación ha elaborado, deliberado y aprobado para recomendar su
integración al próximo Plan Nacional de Desarrollo y a los correspondientes
programas sectoriales y especiales.
Entre otras propuestas han trascendido tres de señalada importancia: Primera,
generar una dinámica de expansión y crecimiento del sistema con el horizonte de
alcanzar, hacia el 2012, una tasa de cobertura bruta escolarizada de al menos el
cincuenta por ciento del grupo de edad relevante. Segunda, establecer una nueva
Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación encargada de
articular, de manera sectorial, el conjunto de políticas y acciones que
corresponde a las funciones de docencia, investigación y desarrollo aplicado de
conocimientos. Implementar fórmulas multianuales para el financiamiento de las
instituciones y programas del sector.
Las tres propuestas son relativamente novedosas e implicarían cambios de
forma y fondo de gran magnitud. Está por verse la réplica de los candidatos al
respecto, y desde luego las opciones prácticas para aterrizar dichas
recomendaciones. Lo que conviene resaltar es que el proceso, como tal, reviste
una especial trascendencia al marcar el punto de inicio para la negociación de
las futuras políticas de educación superior, ciencia y tecnología del país,
aunque no es un ejercicio inédito. El presente artículo se propone ofrecer, a
modo de contexto, una visión retrospectiva del papel que ha jugado la ANUIES en
la hechura de las políticas de educación superior desde los años setenta.
En 1978 un grupo de trabajo de la ANUIES y la SEP elaboró la ponencia La
planeación de la educación superior en México con la iniciativa de constituir el
Sistema Nacional de Planeación Permanente de la Educación Superior (SINAPPES)
conformado por instancias de planeación nacional, regional, estatal e
institucional y una propuesta de Plan Nacional de Educación Superior. La XVIII
Asamblea General de la ANUIES, celebrada en Puebla ese año, aprobó ambas
iniciativas, con lo que dio inicio la trayectoria hacia la conformación de un
sistema formal de planeación de la educación superior en México articulado en
torno de las dos instancias indicadas.
A partir del establecimiento del SINAPPES se integró, en los primeros años
setenta, una red de coordinación que comprendía 117 unidades institucionales, 31
comisiones estatales (COEPES), ocho consejos regionales (CORPES) y una
coordinación nacional (CONPES). En 1979 el Ejecutivo federal apoyó la propuesta
de planeación de la ANUIES a través del documento “Programas y metas del sector
educativo 1979-1982”, donde, además de reconocer el SINAPPES, se asumen varios
de los proyectos propuestos en el Plan Nacional formulado por la Asociación y se
introduce el presupuesto por programas en el sector. No obstante este
acercamiento entre la ANUIES y el gobierno federal, también en 1978 se aprobó la
Ley de Coordinación de la Educación Superior y en ella no se registra el sistema
de coordinación propuesto por la ANUIES. Poco después, se autorizó una
modificación en la estructura de la SEP para dar lugar a las subsecretarías de
Educación Superior e Investigación Científica (SESIC) y de Educación e
Investigación Tecnológica (SEIT) con el encargo de coordinar las universidades
públicas y los institutos tecnológicos, respectivamente.
En 1981, al término del sexenio de José López Portillo, la CONPES aprobó un
documento titulado “Plan Nacional de Educación Superior. Lineamientos generales
para el periodo 1981-1991”. Entre 1982 y 1988, años de la gestión del presidente
Miguel de la Madrid Hurtado, el ejercicio de planeación se plasmó en diversos
estudios y documentos así como en el Programa Nacional de Educación Superior
(PRONAES) en sus versiones de 1984 y 1985 y, en una segunda etapa que se inició
en 1986, a través de la formulación del Programa Integral para el Desarrollo de
la Educación Superior (PROIDES), aprobado por la CONPES en octubre de ese año. A
través del PRONAES, de muy efímera duración, se instaura por primera vez la
estrategia de proporcionar a las IES apoyos suplementarios a su presupuesto
ordinario y se propone condicionar la renovación de subsidios especiales a la
evaluación de resultados. El PROIDES, por su parte, rescata los principios del
Plan Nacional de Educación Superior de 1978, propone la reactivación del
SINAPPES y sugiere una serie de proyectos, ordenados como proyectos nacionales,
programas estatales (PEIDES) y programas institucionales (PIDE) de Educación
Superior. En 1988 se hizo una evaluación crítica de los logros y limitaciones
del PROIDES, donde se destaca el escaso impacto que había tenido el Programa
para alcanzar los objetivos de mejora postulados y su también poca repercusión
en alentar procesos de integración de los subsistemas que conforman la
estructura de educación superior en México.
En 1988, en la inminencia de cambio de gobierno, la Asociación aprobó el
documento “Declaraciones y aportaciones de la ANUIES para la modernización de la
educación superior”, en cuyo contenido la administración entrante (Carlos
Salinas de Gortari, 1988-1994) basó la redacción del capítulo sobre el sistema
en el Programa de Modernización Educativa (PME). La política de la educación
superior asumió, a partir de ese momento, un cambio de dirección importante,
cuyos ejes fundamentales fueron: a) el impulso de modelos de planeación
estratégica en lugar de los anteriores esquemas de planeación sistémica; b) el
énfasis en la evaluación de procesos y resultados; y c) la operación de
programas de apoyo al financiamiento como instrumentos para impulsar la
transformación de la educación superior pública. Esto no quiere decir que se
haya abandonado la estrategia de conformar instancias de articulación de las IES
en los ámbitos nacional, estatal y regional; por el contrario, a medida en que
los procesos de expansión y diversificación han madurado, se ha hecho más
evidente la importancia de contar con organismos intermedios para la gestión del
sistema.
El ejercicio de propuestas de la ANUIES para la administración de Ernesto
Zedillo Ponce de León se concretó en el texto, suscrito por el Consejo de
Universidades Públicas e Instituciones Afines (CUPIA), “Avances de la
universidad pública en México”, publicado por la Asociación en 1994. En éste se
establecen los aspectos que, desde la óptica de los rectores, permitirían una
continuidad de políticas. Para el siguiente sexenio se presentó a los candidatos
presidenciales, y posteriormente al presidente electo Vicente Fox Quezada, el
documento: La educación superior en el siglo XXI. Líneas estratégicas de
desarrollo. Un a propuesta de la ANUIES, aprobado en noviembre de 1999. El texto
constituyó el marco de referencia de los programas para la educación superior
propuestos en el Programa Nacional de Educación 2001-2006 del Ejecutivo Federal
en funciones, además de que fijó una perspectiva de mediano y largo plazo para
el desarrollo del sistema que la Asociación reconoce como sustento de las
propuestas que posteriormente se han elaborado.
En 2006 la ANUIES formuló un nuevo documento: “Consolidación y avance de la
educación superior en México”. El mismo se presentó, en una versión sintética, a
los candidatos en la contienda presidencial de hace seis años y, en su versión
extensa, al presidente electo Felipe Calderón Hinojosa. Como se sabe, del
pronunciamiento de ANUIES provino la meta de alcanzar, en el actual sexenio, una
tasa de cobertura equivalente al treinta por ciento del grupo de edad de 19 a 23
años, así como establecer un amplio programa de becas para mejorar la equidad de
acceso y permanencia en el sistemas, lo que dio origen al Programa Nacional de
Becas para la Educación Superior (PRONABES).
Con este somero recorrido salta a la vista la continuidad de un esquema de
negociación entre las instancias de generación de políticas de educación
superior y la ANUIES. Este esquema está por enfrentar un nuevo capítulo y es sin
duda interesante seguir la pista de las propuestas desde su formulación original
hasta su cristalización, si es el caso, en las instancias de planeación y
gobierno del nuevo Ejecutivo Federal. Ya se verá.