Algunos resultados específicos de la auditoría de desempeño a la UNAM
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) auxilia a la Cámara de Diputados
en la tarea de revisión de la Cuenta Pública, cuenta con autonomía técnica y
tiene atribuciones para realizar auditorías de regularidad, auditorías
especiales, auditorías de seguimiento, auditorías de desempeño, y revisión de
situaciones excepcionales. Las de desempeño están enfocadas a la evaluación de
cumplimiento de objetivos y metas, el ejercicio de recursos asignados conforme a
criterios de eficiencia, eficacia y economía, y el cumplimiento de los
indicadores aprobados en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
Como se indicó en la pasada entrega, la auditoría de desempeño recientemente
practicada por la ASF a la UNAM constituye la primera en su género en el ámbito
de las instituciones de educación superior del país. El ejercicio, hasta donde
se sabe, fue solicitado por la propia institución, antes que requerido por el
Congreso, y se incluyó en el programa de revisión de la Cuenta Pública 2008.
Según el reporte correspondiente (véase en: ASF, “Informe del resultado de la
fiscalización superior de la Cuenta Pública 2008”, tomo V, volumen IV,
disponible en la página web de la ASF), comprendió la evaluación del
cumplimiento de los objetivos y metas de la UNAM respecto de sus funciones de
docencia, investigación, difusión de la cultura y gestión institucional,
mediante una muestra en siete unidades académicas; dos centros y dos institutos
de investigación científica y de humanidades, y en los recintos donde se
realizan las diferentes actividades artísticas y culturales para la difusión de
la cultura.
La evaluación observó el desempeño en términos de “cobertura, eficiencia y
eficacia en la enseñanza-aprendizaje, en la investigación y en la difusión de la
cultura; la calidad del servicio; la percepción del ciudadano-usuario; la
economía en los procesos de enseñanza-aprendizaje, investigación y difusión de
la cultura, y la eficiencia en los procesos para la gestión institucional de los
recursos financieros, humanos y materiales”. Fueron auditadas, para evaluar el
desempeño en la función docente, las facultades de Ingeniería, Derecho,
Psicología, y Filosofía y Letras; la Facultad de Estudios Superiores Aragón, el
posgrado en Antropología, la Preparatoria 6 y el CCH Vallejo.
Respecto de la función de investigación, se auditó al Centro de
Radioastronomía y Astrofísica, al Instituto de Ciencias Físicas, al Centro
Regional de Investigaciones Multidisciplinarias y al Instituto de
Investigaciones Económicas. En materia de difusión cultural, se auditó a la
Coordinación de Difusión Cultural, la Casa del Lago, el Museo Universitario del
Chopo y las direcciones generales de Artes Visuales, Música, Actividades
Cinematográficas, Literatura, Teatro, Danza, Televisión Universitaria y Radio
UNAM.
El informe de la ASF reporta un total de 48 resultados de la auditoría, cada
uno de ellos se refiere a alguno de los aspectos de desempeño sometidos a la
evaluación integral. De ese total, se reportan únicamente seis observaciones, lo
que significa que, según el criterio de la Auditoría, la UNAM “cumplió
razonablemente con las disposiciones establecidas en su Plan de Desarrollo
2008-2011, respecto de las funciones sustantivas de docencia, investigación,
difusión de la cultura y gestión institucional” (p. 498).
El informe destaca varios datos positivos: “En la función de docencia,
durante el periodo 2000 a 2008, la matrícula total (…) aumentó a una tasa anual
de 2.8 por ciento; el porcentaje de egreso de las unidades académicas de la
muestra subió de 49.2 a 55.5 por ciento; la titulación creció a una tasa anual
de 6.4 por ciento; la eficiencia terminal pasó de 29.4 a 37.8 por ciento, y se
redujeron los índices de reprobación de 22.7 a 18.7por ciento”. Además, “38 de
los 39 programas de la muestra (97.4 por ciento) estuvieron acreditados por los
CIEES o por organismos reconocidos por el Copaes; se aplicaron programas de
tutorías, principalmente para los alumnos de nuevo ingreso o con becas; la
percepción de los alumnos sobre los servicios, la infraestructura y el apoyo
académico, fue de buena a excelente” (p. 495).
Sobre la función de investigación, se señala que “el personal académico total
de la UNAM que pertenece al SNI se incrementó en 3.0 por ciento, respecto de
2007 (…) En los centros e institutos de la muestra se concluyeron 50 proyectos,
que representaron 114 por ciento de la meta fijada en el mismo documento; de los
50 proyectos concluidos, 27 de ellos (54 por ciento) estuvieron referenciados a
problemas nacionales y los otros 23 (46 por ciento) fueron sobre áreas del
conocimiento de frontera” (p. 496).
Los resultados de la función de difusión son mixtos. Por una parte disminuyó
la asistencia a eventos culturales y por otra aumentó la cobertura y audiencia
en medios electrónicos (radio y televisión). Por último, sobre la función de
gestión institucional, “la universidad cumplió con los objetivos de modernizar y
simplificar el quehacer universitario y hacer que su administración fuera más
transparente y eficiente y garantizar la rendición de cuentas de acuerdo con las
líneas rectoras establecidas en su Plan de Desarrollo”.
De las seis observaciones desglosadas en el informe tres se refieren a
discrepancias entre la estadística escolar de la UNAM y la reportada por SEP. En
los tres casos, la ASF emite una recomendación a la SEP para que mejore sus
sistemas de registro y control estadístico. Dos más hacen referencia a una
sobrestimación de metas en la programación de eventos culturales, y sólo en una
se reporta una falla de control: la debida integración de una parte de los
expedientes del programa de estímulos a profesores de asignatura.
El informe abunda en datos de todo tipo, desde financieros hasta de
trayectorias escolares, es público y está disponible en internet. Aun así, hay
legisladores que reclaman a la UNAM “mayor transparencia y rendición de
cuentas”. Seguiremos con el tema.