El primer esfuerzo sistemático de elaboración de un ranking mundial de
universidades se debe a un grupo de académicos del Instituto de Educación
Superior de la Universidad Jiao Tong de Shanghai, China. La primera edición de
esa lista, denominada Academic Ranking of World Universities (ARWU), data de
2003. Desde entonces, cada año, el 15 de agosto, se ha dado a conocer la lista
de las primeras 500 universidades calificadas según los criterios del proyecto.
En el ARWU la expresión world universities equivale a lo que, en otros
contextos, se ha dado en llamar universidades de clase mundial. Los autores
del ranking han dicho y repetido que el objetivo del proyecto consiste en contar
con indicadores objetivos acerca de los fundamentos de la calidad y la
competitividad académica de las principales universidades del planeta. ¿Con qué
finalidad? Con la de delimitar un marco de referencia paramétrico al cual puedan
aproximarse las universidades de China mediante procesos, acciones e inversiones
estratégicas.
Aunque desmesuradamente ambicioso, el fin último del proyecto esto es,
asentar el tablero del juego de la competencia global universitaria, para luego
participar protagónicamente en el mismo se ha cumplido en cierta medida. Al día
de hoy el ranking de Jiao Tong es una referencia importante en medios de debate
académico y genera efectos mediáticos y políticos significativos.
Al darse a conocer los resultados de la edición 2008, periódicos de varios
países resaltaron los datos con distinta interpretación. En Francia se hizo
notar el escaso número de universidades en el ranking. Que únicamente la
Universidad de París XI y la Normal Superior hayan figurado en la clasificación
de las primeras cien dio lugar a declaraciones de Valérie Pécrese, ministra de
Enseñanza Superior e Investigación, en el sentido de la necesidad de profundizar
en la reforma universitaria francesa para mejorar la competitividad de los
centros académicos del país.
En Brasil la nota resaltada fue que seis universidades figuraron en la lista
de las primeras 500 y que la Universidad de Sao Paulo apareció como la mejor
calificada en el ámbito iberoamericano, al ser ubicada dentro de las mejores 150
universidades del planeta. En otros países, como Australia e India, se comentó
que el escaso número de universidades bien colocadas en el ranking podría
atribuirse más a debilidades metodológicas del instrumento que a problemas de
calidad de las instituciones.
En Nigeria un diario destacó: De nueva cuenta,
con ninguna universidad en las primeras 500. En otros países, como en España o
México, los resultados del ARWU 2008 pasaron más bien desapercidos,
probablemente porque la nueva edición del ranking coloca a las instituciones
españolas y a la UNAM prácticamente en la misma posición que la adjudicada en
otros años.
El ranking universitario competidor del Jiao Tong es, como se sabe, el
publicado por el Times Higher Education Supplement (THES), elaborado a través de
los servicios de investigación de mercado de la firma Quacquarelli Symonds (QS).
Éste normalmente se publica en noviembre, cuenta con buena reputación aunque,
desde su primera edición en 2004, ha ido variando la metodología y, por lo
tanto, generado resultados inestables.
Sobre la validez de los resultados de ambos rankings (ARWU y THES) hay dudas
cada vez más serias. La principal, la falta de transparencia sobre sus bases de
datos, de la cual se deriva la irreplicabilidad de los resultados por
investigadores independientes. Cuando se pregunta a los investigadores chinos
sobre la forma como construyen ciertos indicadores, en particular el que se
refiere al número de referencias bibliográficas sobre la planta académica de
tiempo completo, se limitan a responder, con la misma elocuencia que las
galletas de la buena fortuna: Es un cálculo muy complejo. Ha de serlo, porque
si un dato es difícil de precisar en el mundo universitario es el que se refiere
a la distribución de las plantas académicas por clase de nombramiento y tiempo
de dedicación a las funciones.
Así las cosas, han surgido ya varias alternativas a estos rankings globales.
El semanario Newsweek publicó en agosto de 2006 su propia lista de las mejores
cien universidades. No ha vuelto a repetir la experiencia. Un grupo académico de
España (Cybermetrics-Lab) ha generado el Webometrics Ranking of World
Universities con un enfoque centrado en la visibilidad e impacto de los
productos académicos universitarios colocados en internet. La Escuela de Minas
de París, por su parte, ha producido un ranking sobre la calidad profesional de
los egresados de las universidades: el Professional Ranking of World
Universities (PRWU).
Los más recientes, sin embargo, provienen de China: el Performance Ranking of
Scientific Papers for World Universities, producido por el Consejo de Evaluación
y Acreditación de Taiwan, y un ranking de Indicadores Esenciales de la Ciencia,
elaborado por el Centro Universitario para la Evaluación de la Ciencia en China,
de la Universidad de Wuhan. El primero de éstos se circunscribe a la capacidad
de investigación de los centros académicos medida en el número de artículos en
revistas dentro del índice ISI-Thomson y el número de citas registradas por el
mismo instrumento. Deja fuera indicadores subjetivos (como la opinión de
empleadores que incluye el THES y el PRWU) y también omite los indicadores de
excelencia del ARWU (premios Nobel y medallas de matemáticas).
El ranking de Taiwan tiene todo lo necesario para fijar el estándar de
medición de la variable de impacto bibliométrico. A eso se reduce, pero con la
ventaja de transparencia metodológica y, por lo tanto, de replicabilidad. Más
adelante comentaremos sus resultados.