El pasado 16 de julio, los diez integrantes del Foro de ex ministros de
educación de Ecuador denunciaron el carácter fraudulento del Premio
Iberoamericano en Honor a la Excelencia Educativa que otorga cada año, desde
2004, el llamado Consejo Iberoamericano en Honor a la Calidad Educativa (CIHCE).
Haciéndose eco del pronunciamiento, el ministro en funciones, Raúl Vallejo, hizo
oficial el deslinde del Ministerio con respecto de la Cumbre Iberoamericana,
que celebró el CIHCE en Guayaquil en agosto, y también rechazó el premio que le
iban a otorgar.
En principio, el foro se inconformó porque en la convocatoria a la cumbre
figuraba el Ministerio de Educación como entidad patrocinadora. Pero, además,
externó un punto de vista adverso sobre el procedimiento seguido para otorgar
los premios y reconocimientos.
El comunicado incluye la siguiente advertencia: Alertamos a la ciudadanía
ecuatoriana y a la comunidad internacional por la manera irregular con la que
este consejo viene conduciendo sus actividades y otorgando reconocimientos,
premios de excelencia académica, doctorados en filosofía, en educación, honoris
causa, maestrías y demás medallas, trofeos, diplomas y galardones a los cuales
acceden los premiados mediante compra, a través de la postulación enviada por el
CIHCE por correo electrónico de manera indiscriminada, o sencillamente
autopostulándose. Este año el premio tiene un precio de mil 700 dólares de EUA.
Como es obvio dichos premios no tienen ninguna validez.
La representación del CIHCE no tardó en contestar. En una primera carta
simplemente se comunica al titular del órgano gubernamental que la inclusión del
logotipo del ministerio en la publicidad de la cumbre obedeció a un error
totalmente involuntario y sin mala fe (17 de julio 2008). Una segunda misiva,
firmada por el presidente de CIHCE, Santiago Duarte, aclara que los títulos que
otorgamos son honoríficos y no académicos y los entregamos en reconocimiento a
las hojas de vida (currículo) y a los aportes al desarrollo de una nueva
educación (21 de julio 2008).
La segunda carta del CIHCE agregó otros elementos. En primer lugar, que los
premios han sido recibidos por brillantes personalidades más importantes (sic)
de la educación iberoamericana, además de 300 rectores de reconocidas
Universidades de Iberoamérica, y que el Consejo Directivo Internacional está
integrado por personalidades de la educación de Iberoamérica reconocidas por
Universidades de Iberoamérica con Títulos de Doctor Honoris Causa y Profesores
Honorarios, por la excelencia de nuestra Plataforma ideológica del cambio de la
educación que cuenta con el respaldo y la simpatía de muchos de los
participantes que la están aplicando y que creen en una mueva educación para
lograr seres humanos sanos, felices y prósperos.
El lector puede revisar en el sitio web del CIHCE qué universidades y cuáles
personalidades han obtenidos tales premios y formarse una opinión. La mía es
desfavorable y creo que los ex funcionarios ecuatorianos tienen toda la razón.
Es verdad que nada impide a un organismo privado otorgar o comerciar los premios
que le convenga pero, eso sí, la concesión (o venta) de títulos y grados sin un
aval académico claro, así sean honoríficos, es un práctica indebida que roza
el terreno de la ilegalidad. Este proceder le reserva al CIHCE un sitio de
primera fila en el Planeta patito.
En internet se narran y documentan, con lujo de detalles, varios casos del
modus operandi del CIHCE para convocar, seleccionar y solicitar el pago por sus
reconocimientos. Por ejemplo, el informático español José Luis L. Dasilva
cuenta que nunca he sido educador ni he tenido nada que ver con la educación
como no sea con la de mis hijos y nunca he dirigido institución alguna, ni
educativa ni de ninguna otra especie (pero) he sido considerado por el Consejo
Iberoamericano en Honor a la Calidad Educativa merecedor del Premio a la
Excelencia Educativa. Su narración transcribe la correspondencia que tuvo con
el CIHCE, incluso reproduce la carta en que se le comunica que ha sido acreedor
del título de Magister en Gestión Educativa y del reconocimiento como
Honorable Educador Iberoamericano. No omite los datos acerca de la cantidad de
dinero solicitada y los de las cuentas bancarias donde debía hacer el depósito
para finiquitar el trámite.
Lo comentado viene a cuento porque el próximo 15 de noviembre se celebrará en
la Ciudad de México, en el Hotel Camino Real, la segunda entrega de
reconocimientos 2008. Mucho ojo. Sobre todo los rectores, autoridades y
académicos de las IES que hayan sido nominados harían bien en sacar la lupa y
mirar con cuidado de qué se trata este truculento asunto. Aún hay tiempo. Tomen
en cuenta que hay premios que desprestigian. También a la SEP convendría revisar
el tema para evitarse una desagradable sorpresa, pues en las cartas de
aceptación remitidas a los ganadores del premio 2008 se incluye, entre las
entidades patrocinadoras, a la Secretaría de Educación de México (sic).
Es muy improbable que la SEP esté metida en el enjuague. De todos modos,
mejor si lo aclara.